EDUCACION EMOCIONAL
Definición de Educación
Emocional. Proceso educativo, continuo y permanente, que pretende
potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de
la persona, con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como
finalidad aumentar el bienestar personal y social
Para hacer frente a los desafíos de la nueva
sociedad de la información, la educación a lo largo de la vida debe organizarse
en torno a cuatro ejes básicos que denomina los cuatro pilares de la educación:
- 1) Aprender a conocer y
aprender a aprender para aprovechar las posibilidades que ofrece la
educación a lo largo de toda la vida.
- 2) Aprender a hacer para
capacitar a la persona para afrontar muchas y diversas situaciones.
- 3) Aprender a ser, para
obrar con autonomía, juicio y responsabilidad personal.
- 4) Aprender a convivir, a
trabajar en proyectos comunes y a gestionar los conflictos.
Tradicionalmente
la educación formal ha
dado prioridad a los dos primeros pilares, estando centrada casi exclusivamente
en la adquisición de aprendizajes científicos y técnicos.
Los dos últimos pilares (aprender a
convivir y a ser), se encuentran íntimamente relacionados con habilidades
sociales y emocionales y han estado prácticamente ausentes de la educación
formal hasta hace aproximadamente dos décadas. Así, el modelo de enseñanza
conocido hasta hace poco tiempo, estaba totalmente dirigido al desarrollo
cognitivo del estudiante, el cual adquiría un conocimiento instrumentalizado
sin llegar, en muchas ocasiones a ser emocionalmente inteligente.
Seis argumentos a favor
de la educación emocional
Actualmente,
la educación emocional se justifica en función de:
1. La propia finalidad de la educación.
Desde el
mismo informe de la UNESCO se
recomienda que cada uno de estos objetivos educativos, reciban una atención
equivalente. Por otro lado, la educación es un proceso caracterizado por
la relación interpersonal, la cual está impregnada de factores emocionales y
ello exige que se le preste una atención especial a las emociones por las
múltiples influencias que tienen en el proceso educativo.
Hasta
ahora la dimensión emocional en la educación nos permite diferenciar entre lo que podemos
denominar como educación afectiva
y educación emocional propiamente dicha.
Así,
hasta ahora el introducir los sentimientos en el proceso educativo se
relacionaba con educar poniendo afecto y a partir del concepto de educación emocional se trata de impartir
conocimientos teóricos y prácticos sobre las emociones.
2. El rol tradicional del profesor, centrado en la
transmisión de conocimientos, está cambiando.
La obsolescencia del conocimiento y las nuevas tecnologías conllevan
que la persona adquiera
conocimientos en el momento que lo necesite. En este marco, la dimensión
de apoyo emocional del profesorado
pasa a ser esencial.
3. El análisis de las necesidades sociales.
El tipo
de sociedad predominante actualmente, con altos índices de estrés, desigualdades sociales, incertidumbres
laborales, cambios rápidos, alejamiento de la naturaleza,… genera
una gran vulnerabilidad emocional que se ve constatada en las estadísticas con
el aumento de personas que indican padecer trastornos emocionales así como un elevado consumo de
ansiolíticos y antidepresivos.
4. El análisis del propio contexto escolar.
Los elevados índices de fracaso y abandono,
las dificultades de aprendizaje,
los problemas de indisciplina y violencia escolar,… que presenta
situaciones que deben ser abordadas igualmente desde los sistemas educativos y
donde gran parte de las mismas se deben a una incapacidad emocional de
adaptación.
5. Las investigaciones acerca de la modificabilidad
de la inteligencia emocional que abren la posibilidad de promover su desarrollo
a través de un ambiente y una educación adecuados.
6. Las relaciones entre emoción y aprendizaje.
La
relación entre las emociones, la adquisición de conocimientos y la motivación
está suficientemente argumentada. Los
alumnos aprenden mejor y más cuando están motivados, cuando algo les
gusta, cuando sienten emociones positivas en torno a su aprendizaje y, por
tanto, estimular emociones positivas o desarrollar habilidades emocionales
implica mejores resultados cognitivos.
Por otro
lado, no basta con tener un alto
coeficiente intelectual para tener éxito. Por ejemplo, el hecho de
aquellos estudiantes con un buen desempeño académico pero que carecen de la
seguridad emocional para hablar en público, que carecen de habilidades de
comunicación asertivas y cuyo temor a ser criticados o equivocarse dificulta su
desarrollo cognitivo.
Hoy en
día la educación emocional es una
innovación educativa que poco a poco va introduciéndose en las
diferentes etapas educativas con la finalidad de mejorar las capacidades
emocionales. En este contexto, la educación formal ejerce no sólo el papel de
desarrollar cognitiva mente al individuo, sino también de aportar condiciones
para su desarrollo emocional.
El desarrollo emocional es una parte in disociable del desarrollo global de
la persona.
La
educación emocional debe ser un proceso
de desarrollo que abarque tanto aspectos personales como sociales e implique
cambios en las estructuras cognitivas, actitudinales y procedimentales.
La
educación emocional debe ser un proceso
continuo y permanente y, por tanto presente en todas las etapas educativas y en la formación permanente.
La
educación emocional debe tener un
carácter participativo ya que es un proceso que exige la participación
individual y la interacción social.
La educación emocional debe ser flexible y sujeta a un proceso de
revisión continua que permita su adecuación a las necesidades de los participantes.
Objetivos de la Educación Emocional
Adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones.
Identificar
las emociones de los demás.
Desarrollar la habilidad de regular las propias emociones.
Prevenir los efectos perjudiciales de las emociones negativas intensas. Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
Desarrollar la habilidad de relacionarse emocionalmente de manera positiva con los demás.
Desarrollar la habilidad de automatizarse y adoptar
una actitud positiva ante la vida.
Los contenidos de la educación emocional pueden variar según los destinatarios: nivel
educativo, conocimientos previos, madurez personal,… Pero en general hacen
referencia a: tipo de emociones,
conciencia emocional, regulación de emociones y habilidades socio emocionales
para facilitar las relaciones interpersonales.
Funciones de la Educación Emocional
Función preventiva: Intentar minimizar la vulnerabilidad a las disfunciones o prevenir su ocurrencia.
Se entiende como tal la adquisición
de competencias que se pueden aplicar a una multiplicidad de
situaciones tales como la prevención
del consumo de drogas, prevención del estrés, ansiedad, depresión, violencia,… minimizando
la ocurrencia o vulnerabilidad de la persona a las mismas.
Función
de desarrollo: Supone
una perspectiva positiva donde
se trata de mejorar las posibilidades de desarrollo para tener una vida de mayor calidad, lo que implica
fomentar actitudes positivas ante la vida, habilidades sociales, empatía, etc., como factores de desarrollo de bienestar personal
y social.
Cómo educar en inteligencia emocional
En las siguientes líneas te
proponemos una serie de estrategias y consejos para la educación emocional en
niños.
1.
Enseñarle que no siempre puede tener lo que quiera
Uno de los grandes conflictos con
los que los seres humanos nos encontramos frecuentemente es aprender a dominar
nuestros impulsos. La inteligencia emocional es clave para que aprendamos a
gestionarlos; ahora bien, antes es necesario poder identificarlos.
Por eso
es importante comenzar a enseñarles desde pequeños que no siempre pueden tener
lo que quieren. Por
ejemplo, siempre que sea posible es necesario explicarles las consecuencias de
sus acciones. Con este tipo de acciones se fomenta el auto control.
2.
Dejar que exprese las emociones
Algunos adultos creen que los niños
son demasiado pequeños para entender ciertas cosas. Pero ya en edades tempranas debemos confiar en nuestros hijos y
permitirles que se expresen libremente, también sus emociones. Si les
damos un espacio de comodidad para que puedan confiarnos sus sensaciones les
estaremos dando un mensaje positivo que pueden aplicar en otros contextos, por
ejemplo, la escuela.
3.
Crear un espacio para el diálogo
No es necesario tratar a los
niños como adultos, pero sí que es necesario fomentar el diálogo, que aprendan
en edades tempranas. Esto es importante para que los niños crezcan con las
habilidades de diálogo necesario para convertirse en personas capaces de
negociar y de llegar a acuerdos con otras personas. En el mundo de los adultos las relaciones interpersonales son
importantes para lograr el bienestar mental y emocional.
4. Trabajar la empatía
La empatía,
es decir ponerse en el lugar del otro, también es uno de los elementos más
importantes de la inteligencia emocional y, por tanto, debe ser enseñada cuando los
niños son pequeños. Esto es importante también para asegurarnos que el punto
anterior se lleva a cabo, porque así serán capaces de pactar y acordar de
manera democrática. La empatía es clave para que dejen de lado su egocentrismo.
5. Enseñarle a auto motivarse
La auto motivación también es
esencial en la inteligencia emocional, pero es frecuente que muchas personas,
ante los fracasos, se vuelven pesimistas. Hacerle entender que los fracasos son oportunidades para crecer y
estimularlos en este sentido en edades tempranas es esencial para que se
conviertan en personas optimistas.
6. Usa el ejemplo
En ocasiones es fácil decirle a
los demás lo que tenemos que hacer, pero especialmente a la hora de educar a un
hijo, debemos ser un buen ejemplo
para él o ella. Es un punto fundamental, porque los padres son
modelos a seguir para sus hijos, algo que no debemos olvidar. Esta es otra de
las claves prácticas de la educación emocional.
7. Que aprendan la escucha activa
Escuchar
no es lo mismo que oír. Podemos
oír lo que alguien nos dice pero estar pensando en nuestro turno de
conversación sin que el otro interlocutor haya acabado el suyo, o podemos
escuchar con los cinco sentidos, es decir, escuchar activamente. Cuando alguien
se comunica con nosotros no solo expresa lo que dice en palabras, sino que
también habla su lenguaje no verbal y sus emociones. Prestar atención a esto es
clave para comunicarnos plenamente con otros individuos.
8. Ponle ejemplos para solucionar sus problemas
Desarrollar
la capacidad de solución de problemas es necesario para adaptarse al entorno
cambiante en el que nos encontramos. Ya no solo los niños, sino los adultos también se
ven superados por las emociones negativas. Si les ponemos ejemplos a los niños,
es más fácil que aprendan a gestionar sus emociones y los conflictos que les
rodean.
9. Auto conocimiento emocional
El primer paso para poder
convertirse en una persona emocionalmente inteligente es conocer las propias emociones y etiquetarlas. Para ello, es
posible realizar diferentes ejercicios como, por ejemplo, el diario emocional.
En el que pueden
10.
Cuentos
El uso de cuentos es una
alternativa ideal para que los pequeños puedan incrementar su inteligencia
emocional, algo que va a influir positivamente en su bienestar. .
11. Videos
Los libros son una estrategia
interesante para educar emocionalmente a los pequeños; sin embargo, otro
recurso educativo en este sentido es emplear contenido audiovisual, que es
entretenido y a la vez formativo.
12. Felicítalo y resalta los aspectos positivos de
su aprendizaje
El
refuerzo positivo es una de las formas más comunes de enseñanza, pero también es altamente
efectiva, especialmente en estas edades. Siempre que el niño haga bien algo que
esté relacionado con la educación emocional, puedes reforzarle su acción, para
que comprenda que lo que ha hecho está bien y reflexione sobre ello.
13. Ejercicios
Muchos
expertos consideran que la educación emocional debería ser obligatoria en los
centros educativos, puesto
que las emociones son una parte importante de nuestra vida y afectan a nuestro
comportamiento y nuestro estado emocional.