INTELIGENCIA
EMOCIONAL
La inteligencia emocional es la capacidad que
tenemos las personas para percibir las emociones tanto
propias como ajenas, así como comprenderlas y regularlas. Para poder adquirir habilidades
sociales y crear un ambiente positivo con las personas que te rodean, la inteligencia emocional es fundamental.
La inteligencia emocional está
compuesta por una serie de habilidades que te permiten tener ese
auto control de nuestras propias emociones y sentimientos. Estas habilidades
frenan tus comportamientos impulsivos y ayuda a la resolución de conflictos de
una manera asertiva. Así, describiremos a continuación tales habilidades para
facilitar su comprensión.
A grandes rasgos podríamos decir que es la habilidad para
tomar conciencia de las propias emociones y de las demás personas y la
capacidad para regularlas. La conciencia emocional es el requisito para poder
pasar a la regulación. La auto regulación emocional consiste en un difícil
equilibrio entre la impulsividad y la represión. Ambos extremos pueden ser
igual de perjudiciales.
También existe la regulación de las emociones de los demás, en el sentido de que el comportamiento de cada persona influye en las emociones de los demás y por tanto en su comportamiento. Conciencia y regulación emocionales deben considerarse competencias básicas para la vida, ya que la persona que las ha adquirido está en mejores condiciones para afrontar los retos que plantea la vida. En último término, son elementos esenciales en la construcción del bienestar personal y social.
También existe la regulación de las emociones de los demás, en el sentido de que el comportamiento de cada persona influye en las emociones de los demás y por tanto en su comportamiento. Conciencia y regulación emocionales deben considerarse competencias básicas para la vida, ya que la persona que las ha adquirido está en mejores condiciones para afrontar los retos que plantea la vida. En último término, son elementos esenciales en la construcción del bienestar personal y social.
Percepción emocional
La primera habilidad de la
inteligencia emocional es la percepción emocional. Ésta hace que te percates de qué es lo que
sientes en un momento determinado y podamos así identificar que
tipo de emoción estamos sintiendo en ese instante.
La percepción emocional también te ayuda a
reconocer qué emociones y sentimientos están sintiendo otras personas, pues te
facilitará la interpretación tanto de las expresiones faciales, como los gestos
y el tono de voz.
Los
niños empiezan a identificar los estados emocionales propios y ajenos a partir
de los 3 años, y
establecen relaciones de manera que si tú estás triste o no tienes un buen día
y tu expresión facial es de tristeza, tu hijo te lo notará y se percatará de
que te sucede algo.
Facilitación emocional del pensamiento
La facilitación emocional te
permite establecer relaciones entre lo que sientes y el problema que se te haya
presentado. Es decir, cuando estás en una situación determinada las emociones
influyen en tu pensamiento y en tu manera de actuar, haciendo que tomes unas
decisiones u otras. Así, esta
habilidad te ayudará a actuar de forma positiva para
la resolución de tus problemas.
Como es evidente, si estás muy feliz no vas a
actuar de la misma manera que si estás triste, por lo que tus puntos de vista, tu estado de
ánimo e incluso tu humor van a
influir en tus decisiones, relaciones con los demás y en tu manera de actuar.
Es importante que seas capaz de controlar tus emociones y dirigir la atención a
los asuntos verdaderamente importantes, sin dejarte llevar por los impulsos del
momento.
Comprensión emocional
La comprensión emocional es de
suma importancia, pues te permite comprender
qué emociones son las que sientes en un momento determinado. Por lo
tanto, si puedes llegar a saber qué es lo que te pasa y el por qué estás
sintiendo esa emoción,
En otras palabras, la comprensión emocional te ayuda a
pensar antes de actuar. Si comprendes qué te sucede, será más fácil
buscar una solución al problema y sobre todo, a cómo sobrellevarlo sin
necesidad de realizar actos de los que luego puedas arrepentirte. Esta
habilidad comienza en la infancia, y se va
desarrollando a lo largo de toda la vida.
Regulación emocional
La regulación emocional es la habilidad más compleja de la Inteligencia
Emocional, porque engloba todas las habilidades mencionadas
anteriormente. Consiste en ser capaz de regular tanto tus emociones como la de
los demás.
Para
regular tu comportamiento cuando estás sintiendo una emoción, primero tienes
que saber qué te ocurre (percepción emocional), cuáles son las relaciones entre
esa emoción y tu comportamiento (facilitación del pensamiento), por qué te
ocurre eso (comprensión emocional), y cómo no actuar impulsiva mente sin que sea
la emoción la que te domine a ti (regulación emocional).
Por lo
tanto, esta habilidad exige la puesta
en práctica de diversas estrategias para no actuar impulsiva mente, y
hacer que los demás tampoco lo hagan contigo. La regulación emocional también
te permite ocultar las emociones cuando la situación no te permita expresar lo
que sientes.
Con esta
habilidad, podrás ser capaz de fingir que estás
bien cuando en realidad estás mal, por lo que podrás elegir a expresar o
no tus sentimientos. Del mismo modo, puedes actuar de una determinada manera
haciéndoles pensar a los demás que estas feliz cuando en realidad estás roto por dentro.
Todas
las habilidades que componen la inteligencia
emocional deben ser entrenadas desde que somos muy pequeños para
poder llegar a ser muy inteligentes emocionalmente y poder dominar las
situaciones, en lugar de ser ellas las que te dominen a ti. Por eso es tan
importante la inteligencia emocional, porque te permite tener ese auto control sobre lo que sientes y actuar de manera adecuada dependiendo de cada situación.
De forma sencilla podemos definir
la inteligencia emocional como la capacidad que tenemos las personas para
comprender y manejar nuestras emociones y las de los demás de forma positiva y
eficiente. Dicho de otro modo, las
personas con una elevada inteligencia emocional son aquellas de las que antes
se solía decir que eran muy sociables, personas con habilidades psicológicas
capaces de expresar de forma equilibrada sus emociones, entender las de los
demás y utilizar toda esa información para comportarse de manera lógica en
función de sus objetivos.
Todos conocemos personas que no gestionan bien sus
emociones. Son personas que se enfadan con facilidad, que se sienten tristes a
menudo o que son demasiado impulsivas. Por lo general, este tipo de
personas no sabe expresar de forma adecuada sus sentimientos y suelen ser rechazados
por los demás.
Así pues, la inteligencia emocional sirve para
entender las emociones de los demás y para saber cómo relacionarnos con las
personas, tanto en el trabajo como en la vida privada.
¿SE
PUEDE MEJORAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La respuesta es sí. Lo cierto es que hacerlo uno
mismo puede ser un camino complicado. Sin embargo, un Coach personal puede ayudarnos a aumentar nuestra inteligencia emocional
con una serie de técnicas que nos ayuden a conocernos mejor y a cambiar los
patrones de conducta asociadas a las emociones negativas.
Se pueden
mejorar notablemente tanto la inteligencia emocional como las habilidades
sociales, que, por otra parte, son cada vez más demandas en los procesos de
selección de personal.
Los estudios más recientes llevados a cabo
por neurólogos han demostrado que el cerebro está dotado de
plasticidad, es decir, de capacidad para cambiar a cualquier edad, por lo que
se puede aprender empatía y gestión emocional.
Si te sientes identificado con los rasgos que describen
a una persona como baja inteligencia emocional, quizá necesites un Coach para
aprender a conocer tus emociones y manejarlas de forma adecuada en todas la
situaciones, encontrar tu propia auto motivación para que
tus emociones sirvan a tus objetivos, reconocer las emociones de los demás y
así manejar las relaciones sociales de manera satisfactoria para
ti y para tu entorno.
La relación entre emoción y salud es cada vez más
evidente. Las investigaciones han demostrado cómo las emociones negativas
contribuyen a disminuir las defensas del sistema inmunitario y por lo tanto
predisponen a contraer enfermedades. En cambio, las emociones positivas
contribuyen a aumentar nuestras defensas y en consecuencia, pueden funcionar
como prevención.
Los
objetivos de la educación emocional:
·
Adquirir
un mejor conocimiento de las propias emociones.
·
Identificar
las emociones de los demás.
·
Denominar
las emociones correctamente.
·
Desarrollar
la habilidad para regular las propias emociones.
·
Subir el
umbral de tolerancia a la frustración.
·
Prevenir
los efectos nocivos de las emociones negativas.
·
Desarrollar
la habilidad para generar emociones positivas.
·
Desarrollar
la habilidad de auto motivación.
·
Adoptar
una actitud positiva ante la vida.
¿Cómo desarrollar la inteligencia
emocional?
Una forma para desarrollar la inteligencia
emocional es mediante programas de educación emocional. Estos programas
deberían iniciarse en las primeras etapas de la vida, ya que en estas edades se
dan las primeras bases del aprendizaje y relación. Por ejemplo, cuando un niño
empieza a hablar, es importante decirle cosas relacionadas con sus emociones:
“ya veo que te sientes triste porque me echas en falta”; “te sientes contento,
¿verdad? Yo también me siento como tú !qué alegría!”. Con ejercicios sencillos
de este tipo le ayudamos a poner un nombre a sus emociones, compartimos las
nuestras y conseguimos que los niños asocien la emoción con una situación
vivida, lo que favorece el desarrollo de la conciencia emocional y su empatía.
No solo nos centraremos en
la infancia, sino en cualquier etapa de la vida, por ejemplo en la etapa
educativa de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) se hace necesaria la aplicación
de la inteligencia emocional. Los adolescentes necesitan auto afirmarse, valorar
sus capacidades y limitaciones, tomar sus propias decisiones, tener
responsabilidades, sentirse aceptados por los demás, etc. En cualquier edad es
primordial el desarrollo de la inteligencia emocional, ya que nos ayuda a
conocernos mejor como personas y a comprender mejor a los demás.
“La educación emocional debe empezar
desde el nacimiento”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.