EDUCACIÓN FÍSICA Y SU DIDÁCTICA
La clase es el espacio o la sesión
de tiempo que se dedica a un grupo de acuerdo a la edad, número de estudiantes,
recursos y temática y que tradicionalmente en nuestro medio va de 45 a 120
minutos; pero que en cualquiera de los casos debe darse por sesiones no
superiores a 60 minutos y que siempre deben distribuirse en tres fases que son:
1. fase inicial o de
calentamiento o de irradiación; en esta se realizan ejercicios de tipo general
y específicos que van dirigidos al tema y va de 5 a 15 minutos
2. fase central o de
aprendizaje o de desarrollo; en esta se informa, explica, aplica y evalúa el
tema de la clase generalmente va de 20 a 45 minutos cuando se direcciona en una
media y constante intensidad y se cuenta
con los recursos necesarios
3. fase final o de dominio y
vuelta a la calma; se baja el ritmo buscando reducir, relajar y llevar a cero
los niveles de exigencia intensidad y desarrollo, en algunos casos se aprovecha
para conocer los niveles de aprendizaje también se contempla de 5 a 15 minutos
su duración
Es importante destacar que las sesiones, como
cualquier otra programación didáctica (realizada por el profesor), que no
normativa (de obligado cumplimiento), son siempre susceptibles de modificación
en su estructura, en sus objetivos, en sus contenidos, en la metodología a
utilizar, en la organización de los alumnos y las tareas, en los materiales e
instalaciones a utilizar, etc., ya que las variables de la enseñanza
condicionan dichos elementos y hacen imposible la generalización de un
"tipo de sesión modelo". Será por tanto, función del profesor, el
determinar la mejor opción según las condiciones que rodeen a su enseñanza.
Concepto y tipos de sesiones
La
sesión de Educación Física es un elemento de mayor concreción que la unidad
didáctica y constituye, en su correcta ordenación, la propia docencia de un
profesor durante el curso académico. Por ello, su definición debe estar
supeditada a otros documentos de mayor generalización (unidad didáctica,
programación de aula, etc.), y su estructura y actividades atenderán a las
directrices que estos marquen.
La sesión es
la unidad mínima de programación que estructura y organiza el currículo, y
precisa de un marco de referencia (unidad didáctica) para, conjuntamente a
otras sesiones, cobrar un sentido en los aprendizajes de los alumnos.
Programar
la sesión antes de su puesta en práctica es fundamental para que las
intenciones educativas de los niveles superiores del currículo se lleven a cabo
con efectividad. El profesor de Educación Física posee
diferentes posibilidades de estructuración de la sesión, sesiones con
intenciones diversas, con diferentes funciones dentro de la unidad didáctica,
con diferentes posibilidades metodológicas, y con diferentes organizaciones de
los alumnos en las tareas. Todas estas posibilidades, debidamente combinadas,
darán como resultado diferentes sesiones adaptadas a las necesidades del
profesor y del contexto.
Los tipos
de sesiones dependerán de las variables que anteriormente hemos
comentado:
Según el
objetivo principal de la sesión
-Sesiones de aprendizaje. Aquellas que tienen
la intención de que el alumno aprenda conceptos, procedimientos y actitudes.
Incluimos aquellas que tienen la finalidad de evaluar al alumno (sesiones
evaluativas) ya que la propia evaluación es parte del aprendizaje, las sesiones
dedicadas a la organización de otras más complejas (sesiones organizativas)
puesto que igualmente, la organización de una sesión de aprendizaje forma parte
del mismo, así como las sesiones dedicadas a la vivencia de métodos correctos
de práctica física, ya que aunque el aprendizaje motor se sacrifique, la
intención es que el alumno aprenda los conceptos de dichos métodos y cómo
trabajarlos.
-Sesiones de recreo, lúdicas. Se refieren a aquellas que
no tienen una finalidad de aprendizaje por parte del alumno, sólo de vivencias
de práctica física motivantes, con un fin lúdico intrínseco de la actividad
física.
Según la
función que cumple dentro de la unidad didáctica
· Sesiones introductorias. Son aquellas que introducen al alumno en la
unidad didáctica. Su intención consiste en tomar contacto y poner al alumno en
la actividad central de la unidad didáctica, preparando el clima y el contenido
a seguir para las siguientes sesiones de la unidad, que serán las de
desarrollo.
· Sesiones de desarrollo. Son sesiones que desarrollan el centro de
interés de la unidad didáctica en cuestión. Se centran en la principal meta de
la unidad, es decir, si es de aprendizaje, estas sesiones se encargarán de
transmitir contenidos y aplicar dichos aprendizajes al alumno.
· Sesiones de evaluación. Incluimos aquí tanto las sesiones de
evaluación inicial al alumno, o sea de aquellas que comprueban el nivel de los
alumnos al principio de la unidad didáctica (que bien podríamos haberla
incluido como sesión introductoria), como aquellas que evalúan el nivel final
alcanzado en la unidad, normalmente situadas al final de las mismas.
·
Sesiones culminativas. Son sesiones de aplicación de lo aprendido,
ya que culminan el aprendizaje comprobando el grado de aplicación de los
conocimientos a los entornos más significativos para el alumno (observaciones
de competiciones deportivas, salidas al medio natural, etc.)
Según la
estructura de la propia sesión
·
Sesiones Tradicionales. Son aquellas que mantienen en su estructura
la tradicional división en tres partes (calentamiento, parte principal y vuelta
a la calma).
·
Sesiones Innovadoras. Hemos querido introducir aquí todas aquellas
estructuras diferentes de la anterior, es decir, aquellas sesiones que se
dividen en 2 partes (por ejemplo, introducción a la actividad y parte
principal) o sólo en 1 parte (por ejemplo, todos los ejercicios son parte
principal y trabajan los objetivos específicos de esa sesión desde el
principio).
Según la
metodología empleada por el profesor
·
Sesiones teóricas. En ellas, el profesor desarrolla contenidos teóricos de la unidad
didáctica, sin práctica física del alumnado.
·
Sesiones prácticas. Sesiones dedicadas exclusivamente al desarrollo de actividades
prácticas para la vivencia de los contenidos por los alumnos.
· Sesiones teórico-prácticas. Sesiones que combinan
ambas perspectivas, normalmente con una parte teórica inicial y una práctica
posterior de aplicación de los contenidos teóricos. También nos referimos aquí
a las sesiones totalmente prácticas, donde el profesor para la actividad y
explica nociones teóricas derivadas de dicha práctica física de los alumnos.
Independientemente
del carácter teórico o práctico, pueden ser:
· Sesiones instructivas. Sesiones donde la instrucción del profesor es
la principal técnica utilizada para impartir los contenidos y explicar las
tareas a realizar.
·
Sesiones de búsqueda del alumno o de indagación. El profesor plantea la
búsqueda (enuncia un problema), pero es el alumno quien se responsabiliza de
dicha búsqueda de las respuestas y de la eficacia de las sus acciones ante el
problema motor planteado. El profesor tiene, en este caso, la función de hacer
que los alumnos busquen fórmulas nuevas, de guiar al alumno en su investigación
de la solución.
Según la
organización de los alumnos en las tareas
· Sesiones masivas: Son sesiones donde cada alumno realiza las tareas individualmente,
ya sea de manera consecutiva o simultánea. El profesor es el que marca la
transición entre ellas.
·
Sesiones en circuitos: Sesiones organizadas por estaciones, en cada
una de las cuales hay una o varias tareas (individuales o colectivas), con un
tiempo de actividad motriz determinado. El tiempo de descanso se aprovecha para
rotar entre las estaciones.
· Sesiones por sub grupos: Sesiones en las que se dividen a los alumnos
en sub grupos según criterios variados. De esta manera individualizamos las
tareas que se les encomienda a cada uno de los grupos (niveles de aptitud,
contenidos a practicar, etc.).
· Sesiones modulares: Sesiones que unen a dos grupos de clase para realizar una división
de sub grupos por diferentes intereses y niveles. Se precisa para ello de dos
profesores de Educación Física (estilo de enseñanza de Enseñanza
Modular).
·
Sesiones de organización combinada: Son aquellas en las cuales
la organización varía de una parte a otra de las mismas, por ejemplo, utilizar
una organización masiva en el calentamiento y un circuito en la parte
principal.
·
3. El plan de sesión y el guion de la sesión
·
El plan de sesión es la manera que el
profesor de Educación Física tiene de plasmar la planificación de la misma en
un documento escrito. En él se especifican todos los componentes necesarios
para impartirla: datos del contexto, referidos al centro, al aula y nivel
educativo, de la unidad didáctica que corresponde, y por supuesto las
informaciones que vamos a dar al alumno, así como la relación de actividades a
desarrollar.
·
Es en la formación inicial y al comienzo de su
ejercicio profesional (ya que el profesor en prácticas se está formando y
necesita una preparación más exhaustiva) cuando el plan de sesión cobra mayor
importancia, pasando posteriormente a la elaboración de fichas o
guiones orientativos que resumen los aspectos más importantes del plan
de sesión completo. Lo más importante en este sentido, es no caer en la desidia
y el olvido de la realización de una previsión mínima de este tipo de documentos,
ya que entonces la planificación no se finaliza con la misma rigurosidad ni con
la misma eficacia con la que se dieron los pasos anteriores (PEC, PCC, etc.),
viniéndose abajo las pretensiones de dicho trabajo de planificación
·
4. Cuestiones más importantes en la planificación de la sesión de
Educación Física
·
En la sesión de Educación Física, por la
particularidad motriz que encierran las tareas, existen numerosos aspectos que
debemos tener en cuenta para su correcto diseño. Vamos a resumir dichos
aspectos en cuestiones generales:
·
1. El tiempo útil de participación
motriz del alumno en las tareas
Según el tipo de sesión (su función dentro de la unidad didáctica) el tiempo será variable, pero se puede establecer un criterio para tomar como referencia de un diseño coherente para el aprovechamiento correcto de las sesiones. Dicha referencia podemos fijarla en la previsión de un 70-80% de tiempo total dedicado a las tareas.
Según el tipo de sesión (su función dentro de la unidad didáctica) el tiempo será variable, pero se puede establecer un criterio para tomar como referencia de un diseño coherente para el aprovechamiento correcto de las sesiones. Dicha referencia podemos fijarla en la previsión de un 70-80% de tiempo total dedicado a las tareas.
·
2. Adecuación del tiempo en las distintas
partes de la estructura de la sesión
Dependiendo de la estructura de la sesión, podemos igualmente, tomar ciertos valores como referencia. Por ejemplo, en una estructura tradicional, la información inicial y el calentamiento no deben exceder de 10-15 minutos, dedicando 30-35 a la parte principal y 5-10 para la vuelta a la calma.
Dependiendo de la estructura de la sesión, podemos igualmente, tomar ciertos valores como referencia. Por ejemplo, en una estructura tradicional, la información inicial y el calentamiento no deben exceder de 10-15 minutos, dedicando 30-35 a la parte principal y 5-10 para la vuelta a la calma.
·
3. La progresión en la estructura
organizativa
Se trata aquí de que las sesiones deben facilitar la labor docente en cuanto a la complejidad de la organización de los alumnos, agrupando las tareas de la misma organización y evitando así la pérdida de tiempo en reestructurar a los alumnos de una tarea a otra. Esto es, programaremos tareas de organizaciones más simples a más complejas, procurando que las estructuras organizativas de los alumnos se complementen en los cambios, por ejemplo, comenzar con ejercicios individuales, pasar a tareas por parejas, a grupos de cuatro y a grupos de ocho. Esto no siempre es posible, por las características de las tareas que propongamos, pero debemos tenerlo en cuenta en el diseño de las mismas, respetando este criterio siempre que nos sea posible.
Se trata aquí de que las sesiones deben facilitar la labor docente en cuanto a la complejidad de la organización de los alumnos, agrupando las tareas de la misma organización y evitando así la pérdida de tiempo en reestructurar a los alumnos de una tarea a otra. Esto es, programaremos tareas de organizaciones más simples a más complejas, procurando que las estructuras organizativas de los alumnos se complementen en los cambios, por ejemplo, comenzar con ejercicios individuales, pasar a tareas por parejas, a grupos de cuatro y a grupos de ocho. Esto no siempre es posible, por las características de las tareas que propongamos, pero debemos tenerlo en cuenta en el diseño de las mismas, respetando este criterio siempre que nos sea posible.
·
4. La progresión en la implicación motriz
y cognitiva de las tareas
Debemos proponer tareas que inicien al alumno a la actividad principal (con el calentamiento) o comenzar la actividad principal de manera progresiva en los requerimientos motrices (en sesiones donde el calentamiento se componga de tareas principales), de manera que el alumno se vea poco a poco inmerso en la máxima actividad y sin riesgos al fracaso o incluso a las lesiones.
Debemos proponer tareas que inicien al alumno a la actividad principal (con el calentamiento) o comenzar la actividad principal de manera progresiva en los requerimientos motrices (en sesiones donde el calentamiento se componga de tareas principales), de manera que el alumno se vea poco a poco inmerso en la máxima actividad y sin riesgos al fracaso o incluso a las lesiones.
·
A veces olvidamos la progresión en el plano
cognitivo, por ello es necesario que la puesta en acción motriz se acompañe de
una progresiva complejidad cognitiva en la realización de las tareas,
aumentando poco a poco la atención que el alumno debe prestar a los gestos
específicos, o la velocidad en la toma de decisiones por ejemplo.
·
5. Prever individualizaciones en las
tareas complejas o para alumnos especiales
Debemos proponer variantes, modificaciones y diferencias de nivel, con el fin de solventar posibles problemas durante la fase interactiva de la sesión.
Debemos proponer variantes, modificaciones y diferencias de nivel, con el fin de solventar posibles problemas durante la fase interactiva de la sesión.
·
6. Tener en cuenta la significatividad, la
utilidad de las tareas para el alumno y pensar en fomentar la autonomía
Las tareas que propongamos en una sesión deben ser significativas, por ello es importante que busquemos este vínculo e incluso lo refiramos en el desarrollo de las tareas, en las observaciones de la sesión o donde creamos oportuno, pero es un aspecto importante que no debemos olvidar. En cuanto a la autonomía, el alumno debe ir poco a poco siendo cada vez más autónomo en su trabajo, por ello, nuestras tareas deben buscar dicho fin y diseñarlas con esa intención en cada sesión.
Las tareas que propongamos en una sesión deben ser significativas, por ello es importante que busquemos este vínculo e incluso lo refiramos en el desarrollo de las tareas, en las observaciones de la sesión o donde creamos oportuno, pero es un aspecto importante que no debemos olvidar. En cuanto a la autonomía, el alumno debe ir poco a poco siendo cada vez más autónomo en su trabajo, por ello, nuestras tareas deben buscar dicho fin y diseñarlas con esa intención en cada sesión.
·
7. No caer en la continua variación de
tareas y objetivos
Es algo común entre los profesores de Educación Física realizar continuos cambios en las tareas propuestas, con el fin de buscar la motivación o la continua atención del alumno. Sin embargo, nos olvidamos de lo más importante, de la realidad del alumno, de lo que el alumno piensa y de la distorsión que puede provocar el cambio continuo. Es decir, si en clase observamos que un ejercicio funciona bien y los alumnos están motivados participando activamente, quizás pudiésemos con él abarcar la clase completa, introduciendo variantes y elementos nuevos que nos conduzcan a la consecución de nuestros objetivos, sin necesidad de variar de tarea.
Es algo común entre los profesores de Educación Física realizar continuos cambios en las tareas propuestas, con el fin de buscar la motivación o la continua atención del alumno. Sin embargo, nos olvidamos de lo más importante, de la realidad del alumno, de lo que el alumno piensa y de la distorsión que puede provocar el cambio continuo. Es decir, si en clase observamos que un ejercicio funciona bien y los alumnos están motivados participando activamente, quizás pudiésemos con él abarcar la clase completa, introduciendo variantes y elementos nuevos que nos conduzcan a la consecución de nuestros objetivos, sin necesidad de variar de tarea.
· Podríamos decir que esta variabilidad debe estar
en función de las necesidades del alumno y de los objetivos de la sesión; si la
sesión es de aprendizaje, debemos mantener las tareas un tiempo mínimo para que
éste se produzca y, si por el contrario, el objetivo es de recreación y lúdico,
los cambios sólo serán bienvenidos si los alumnos lo reclaman con el
decaimiento de su participación.
·
8. Preparar los materiales y recursos
especiales
Nos referimos aquí, no al material convencional que debemos preparar en cada clase, sino, por ejemplo, al diseño de las hojas de tareas a utilizar por los alumnos en una sesión concreta, o a la preparación los carteles indicativos en estaciones de un circuito propuesto, etc.
Nos referimos aquí, no al material convencional que debemos preparar en cada clase, sino, por ejemplo, al diseño de las hojas de tareas a utilizar por los alumnos en una sesión concreta, o a la preparación los carteles indicativos en estaciones de un circuito propuesto, etc.
·
9. La coherencia en general con toda
nuestra planificación
Para finalizar, las tareas de una sesión deben estar en conexión con los objetivos de la misma, con la técnica de enseñanza, con los estilos propuestos, y en general, con nuestra filosofía de enseñanza que hemos marcado en las directrices de la programación didáctica y en la programación anual de aula. Esto puede parecer algo obvio, pero a veces en el diseño de las sesiones no reflejamos la verdadera intención que en su momento hicimos de ellas en las unidades didácticas.
Para finalizar, las tareas de una sesión deben estar en conexión con los objetivos de la misma, con la técnica de enseñanza, con los estilos propuestos, y en general, con nuestra filosofía de enseñanza que hemos marcado en las directrices de la programación didáctica y en la programación anual de aula. Esto puede parecer algo obvio, pero a veces en el diseño de las sesiones no reflejamos la verdadera intención que en su momento hicimos de ellas en las unidades didácticas.
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